lunes, 6 de febrero de 2012

tatuajes









Un tatuaje es una modificación del color de la piel en el que se crea un dibujo, una figura o un texto con tinta o con algún otro pigmento bajo la epidermis de una persona.

Historia

Los tatuajes fueron una práctica eurasiática en tiempos neolíticos, y se han encontrado incluso en una momia del siglo II d.C
En 1991 se encontró una momia neolítica dentro de un glaciar de los Alpes austro-italianos, con 57 tatuajes en la espalda. Esta momia es conocida como el Hombre del Hielo o como Ötzi, es el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado, y su antigüedad varía según distintos autores: Cate Lineberry, del Smithsonian, calcula para él unos 5,200 años de antigüedad. A partir de este descubrimiento se puede decir que el tatuaje es tan antiguo como el propio ser humano. Sin embargo, las distintas culturas que utilizaron el tatuaje lo hicieron de distintas maneras; tanto como arte, en el sentido de creación de significados rituales o simbólicos, como ocurría en el Antiguo Egipto, como para marcar o señalar a los criminales, que es el caso de las antiguas Grecia y Roma. Incluso se cree que, por su posición en el Hombre de Hielo, las marcas cumplieron un fin terapéutico.

Etimología y terminología

Aunque la palabra tatuaje posiblemente proviene del samoano «tátau», que significa marcar o golpear dos veces (en referencia al método tradicional de aplicar los diseños o plantillas), se incorpora al español a través del francés, tatouage. Los marineros que viajaban por el Pacífico encontraron a los samoanos, y quienes quedaron fascinados por sus tatuajes equivocadamente tradujeron la palabra «tatau» como tatuaje. En japonés, la palabra usada para los diseños tradicionales o aquellos diseños que son aplicados usando métodos tradicionales es «irezumi» (inserción de tinta), mientras que «tattoo» se usa para diseños de origen no japonés.
En español, los entusiastas del tatuaje pueden referirse a ellos como «tattoos», o usan el término castellanizado «tatu», aunque ninguno de estos dos está todavía recogido en el Diccionario de la Real Academia Española.

Diferencias culturales

A continuación una lista de las culturas y usos del tatuaje más destacados. Se intentará, hasta donde sea posible, mantener una linealidad cronológica.

Polinesia

Aparentemente, esta región del mundo es la que posee la tradición tatuadora más amplia. Las diferentes tribus de la Polinesia utilizaban el tatuaje como ornamentación corporal, sin que por ello éstos pierdan su fuerte sentido comunal. El tatuaje comenzaba a muy temprana edad y se prolongaba hasta que no quedase región del cuerpo virgen de los pigmentos. Más allá de su sentido estético, el tatuaje confería jerarquía y propiciaba el respeto comunal a quien los llevaba en su piel: cuanto más tatuado estaba alguien, más respeto se le debía. De manera particular, los maoríes utilizaban el tatuaje para la batalla. Los dibujos que llevaban en la piel contribuían a su famosa estrategia de asustar a sus enemigos. La práctica de tatuar se desarrolló durante miles de años y alcanzó un punto culmen con el perfeccionamiento de motivos geométricos. El tatuaje se utilizaba para identificar a un individuo. Ademas, indicaba el paso de la adolescencia a la madurez. 

Egipto

En Egipto eran sobre todo las mujeres quienes se tatuaban. Se le conferían al tatuaje funciones protectoras y mágicas. El carácter sobrenatural del tatuaje no fue exclusividad de Egipto: muchas culturas le otorgaron este poder a los tatuajes. Para ello también se tatuaban las mujeres para demostrar valentía, los hombres las marcaban como si fueran de su propiedad.

América

En América del Norte, los indígenas utilizaban los tatuajes como parte del ritual de paso. Cuando una persona pasaba de la pubertad a la adultez se la tatuaba con el fin de proteger su alma. Sin embargo, ésta no era la única utilización ritual que se hacía del tatuaje en esta región del mundo. En América Central, las tribus utilizaban los tatuajes a modo de conmemoración de los caídos en batalla y como forma de adoración de los dioses. 
En el hemisferio sur del continente americano, tribus indígenas también pintaban sus cuerpos, pero no de manera permanente. Pigmentos creados con flores y grasas vegetales como de animales, daban nuevos tonos que acompañaban sus rituales de manera temporal con significados igual de profundos y espirituales, de los cuales se despojaban una vez terminaban el rito. 

Lejano Oriente


Roshi Ensei, con todo su cuerpo tatuado y con un pesado bastón en la mano. Utagawa Kuniyoshi, alias Ichiyusai (1797-1861), artista japonés de la escuela ukiyo-e.
Aproximadamente en el siglo X a.C., el tatuaje llegó al Japón. A partir de su inserción en la cultura nipona, el tatuaje se popularizó en sectores cada vez más poderosos, hasta llegar a ser utilizado por un Emperador en el siglo V como ornamento corporal [cita requerida]. Se señala aquí su utilización estética porque en Japón existía la costumbre de destinar el tatuaje para marcar a los delincuentes [cita requerida]. Esta marca tenía el objetivo de hacer de las personas que desobedecían la ley individuos repudiables para toda su vida y en todos lados, a raíz de llevar la marca de la vergüenza consigo. Suikoden es una novela china que se tradujo al japonés en el siglo XVII. Este libro renovó el interés en el tatuaje, e hizo de él una forma popular de decoración y de coleccionismo.
En Japón se ha conformado una de las tradiciones tatuadoras más importantes del mundo. No obstante, en el año 1842 el emperador Matsuhito decidió prohibir la práctica del tatuaje. Esto sucedió porque el país estaba interesado en abrirse al mercado mundial y no quería dar al mundo exterior una imagen que podría considerarse de barbarie

Medio Oriente y zonas aledañas

En India, Pakistán, Irán, Yemen, Oriente Medio y África del norte, la alheña o arjeña (del ár. hisp. alḥínna, y éste del árabe الحناء al-ḥinnā´) o henna o jena es un tinte natural de color rojizo que se emplea para el pelo y que además se usa en una técnica de coloración de la piel llamada mehandi. Se hace con la hoja seca y el pecíolo de Lawsonia alba Lam. (Lawsonia inermis L.). Los patrones del mehandi son bastante complejos y en algunas culturas se emplean como ornamento nupcial.

Occidente

El tatuaje llegó a Occidente por vía marítima. Las expediciones del capitán James Cook a las islas de la Polinesia fueron el punto de partida del tatuaje hacia Occidente. En estas expediciones los marineros tuvieron contacto con los indígenas maoríes y con otras tribus que les “enseñaron” el arte de tatuar. A su retorno, los marineros abrieron sus propios estudios de tatuaje y popularizaron esta disciplina entre los sectores populares. En 1846 se abre en Nueva York lo que aparentemente fue el primer estudio de tatuaje. Durante la Guerra de Secesión el arte del tatuaje experimentó un gran crecimiento y popularización. Fellows, Hildebrandt y O'Reilly, el inventor de la máquina de tatuar, fueron los encargados de hacer de la práctica tatuadora una profesión.
Sin embargo, el tatuaje no se liberó completamente de su tradición inhumana. Durante la Alemania nazi (como el ejemplo más conocido aunque no sea el único) se utilizó el tatuaje para marcar a los prisioneros de los campos de concentración.


En los últimos años, el tatuaje ha sido incorporado progresivamente por la sociedad y es hoy que éste cumple funciones puramente estéticas y no distingue entre sectores sociales.

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